El municipio de El Puente del Arzobispo posee una arcilla de la mejor calidad, arena fina lavada por el río Tajo, agua abundante, retamas, carrascas y jaras listas para ser usadas como combustible de los hornos. Con todos estos ingredientes es fácil presumir de la existencia de talleres alfareros en la localidad desde al menos el siglo XV.
Hemos de llegar al siglo XVIII para determinar los antecedentes reales de la cerámica que aún hoy se sigue fabricando. Los colores típicos empleados por los pintores puenteños en sus cerámicas son: el azul, el amarillo, el anaranjado, el negruzco y el verde, que proceden del cobalto, antimonio, hierro, manganeso y cobre respectivamente, siendo la principal seña de identidad y por cómo es conocida mundialmente la cerámica de El Puente del Arzobispo por sus dibujos de animales y paisajes predominando el tono verde esmeralda.
Todo esto da como resultado la existencia de una industria alfarera tradicional, que posee unas señas de identidad propia por su calidad, color y diseño y que se ha transmitido a través del tiempo de generación a generación, formando parte de la identidad de nuestro municipio.